Los últimos datos conocidos son muy malos. Especialmente el que muestra el desempeño de la industria. Desde luego esto a su vez incrementa el desempleo. Las empresas en general y particularmente las pequeñas y medianas se hallan inmersas en un círculo vicioso en el que se observan los siguientes rasgos:

1. Las tarifas energéticas y el combustible elevan sus costos de explotación.

2. Las ventas caen vertiginosamente por la caída del consumo. Esta caída se produce porque el salario real perdió un 17% en 2018. También se atrasaron las jubilaciones y pensiones.

3. El tipo de cambio real tiende a favorecer importaciones y a desmotivar exportaciones.

4. La producción industrial perdió su último incentivo. En efecto el Gobierno fijó retenciones a la exportación iguales que las que se aplican para el agro.

5. La base monetaria queda fija hasta el 30 de junio. En consecuencia, inflación mediante, la producción cae.

6. La tasa de interés activa luce expropiatoria

¿Qué podemos esperar para este año?

Un mayor agravamiento. En efecto el año comienza con nuevos incrementos de tarifas. Esto incrementa aún más los costos de explotación al tiempo que el consumo seguirá cayendo. Esto último porque la gente aplica más recursos para pagar tarifas al tiempo que reduce otros gastos.

Los datos de la recaudación de enero, el dato más actual, muestra que la misma ha caído en términos reales. Esto mismo se verifica en los aportes y contribuciones laborales. Inequívocamente el desempleo aumenta. Solo esto puede cambiar con un giro de 180 grados.