No habrá más deuda ni olvido
El juego de la deuda está a pleno. Los acreedores quieren más. El Gobierno quiere menos. En medio de todo esto está la incertidumbre. Todos los caminos de análisis nos llevaban a una fecha tope del 8 de mayo. Los pesimistas de siempre sostenían que si ese día no había acuerdo se producía el default.
Hasta aquí tenemos que el Gobierno hizo una propuesta y los acreedores no la aceptaron.
¿Entonces caemos en default?
Nada que ver. El plazo se estira hasta el 22 de mayo. En el lapso que va hasta esa fecha se espera que el Gobierno mejore la propuesta. Quizás un pequeño pago a partir del año próximo. Quizás una pequeña mejora de la tasa de interés. Quizás una eliminación de la pequeña quita de capital.
¿Y si aun así no hay acuerdo?
Puede aparecer el Fondo Monetario Internacional y proponer otorgar el tramo faltante del stand by. Ello significaría un desembolso de alrededor de 13.000 millones de dólares que podrían ayudar en la negociación.
¿Y si eso no ocurre y en definitiva no hay acuerdo?
Queda el llamado standstill. Con ello la negociación prosigue por lo menos durante el presente año. Igual creo que antes habrá acuerdo.
Espero no equivocarme.