Que no cunda la desesperanza
No
acercamos a cumplir los primeros 100 días del nuevo Gobierno. La luna de
miel está por terminar. Si bien se pueden exhibir algunos buenos
resultados no es menos cierto que aún perduran algunos males que parecían simples
de erradicar. Uno de ellos es la inflación. El mismo Presidente pegó el
grito en el cielo en una reunión de empresarios. Sin embargo debemos tener
en cuenta que una inflación del 54% , como la que tuvimos el año pasado,
no se erradica de la noche a la mañana. Ahora vienen los hinchas del deportivo
No va a andar, a decirnos que el congelamiento fracasará. La madre de las
batallas será hacer un análisis minucioso de los costos y utilidades
empresarias (el año pasado Metrogas ganó 1.218 millones de pesos).
Ídem con el análisis de la renta del campo en general y, en especial como
incide en ese sector la enorme baja de la tasa de interés.
Otro de los males es la economía que no sale de la recesión. Debemos
tener en cuenta que el coronavirus seguramente está afectando dos motores
imprescindibles. Las exportaciones y el turismo receptivo. Urge dinamizar el
proceso de sustitución de importaciones a efectos de que el impulso del
consumo no haga crisis por el lado de la balanza comercial. Adicionalmente deberá hacerse
una campaña explicando los alcances de este nuevo problema y la necesidad de
suprimir consumos de bienes sofisticados provenientes del exterior.
El violento cambio de paradigma, sucede en medio de la negociación por la deuda,
que a la fecha luce incierta.
O apretamos las marcas o deberemos llorar un fracaso. Fuerza y convicción.